Continúo mi extraño viaje en busca de mi
caluroso hogar...
Haberme encontrado en el mismo camino a Jim Halsey de "Carretera al infierno" y a toda la tropa del Titty Twister solo quiere decir una cosa, los límites entre dimensiones se han roto por alguna extraña razón...
Tenía un amigo llamado Mortimer. Un diablo bastante más obsesionado que yo con la cultura del cine y la tv.
Haberme encontrado en el mismo camino a Jim Halsey de "Carretera al infierno" y a toda la tropa del Titty Twister solo quiere decir una cosa, los límites entre dimensiones se han roto por alguna extraña razón...
Tenía un amigo llamado Mortimer. Un diablo bastante más obsesionado que yo con la cultura del cine y la tv.
Morti, sostenía la teoría de que los actores y
actrices vivían en una dimensión, pero que todos los personajes que
interpretaban también vivían en sus respectivas dimensiones...una jodida
locura. Pero el muy hijo de puta tenía razón...o eso parece...
Pensar tanto me suele abrir el apetito, o en su defecto me provoca un irrefrenable deseo de pecar de gula...
De repente una silueta borrosa pasa por mi lado a una velocidad acojonante....y escucho "Beep Beep"...
Mierda, eso solo quiere decir una cosa. En mi periplo digno del mejor viaje con peyote, me he encontrado con el maldito Correcaminos y como he dicho...tengo un hambre atroz.
De golpe, el orgullo de mil coyotes entro en lo más profundo de mi diabólico ser....no podía escaparse…no a mí. Me puse mis gafas para velocidades supersónicas ya que nunca sabes lo que se te puede meter en un ojo cuando vas a toda ostia, y salí corriendo detrás de el...
Pero se escapo…el cabroncete del coyote estaba escondido detrás de una mata. Hasta me hizo una foto el muy perro (la que aquí podéis ver), su plan era esperar que yo consiguiese atrapar al condenado pájaro, para más tarde matarme a mí, y comernos a los dos. Pero claro ¿desde cuándo al coyote le sale algo bien?
Pensar tanto me suele abrir el apetito, o en su defecto me provoca un irrefrenable deseo de pecar de gula...
De repente una silueta borrosa pasa por mi lado a una velocidad acojonante....y escucho "Beep Beep"...
Mierda, eso solo quiere decir una cosa. En mi periplo digno del mejor viaje con peyote, me he encontrado con el maldito Correcaminos y como he dicho...tengo un hambre atroz.
De golpe, el orgullo de mil coyotes entro en lo más profundo de mi diabólico ser....no podía escaparse…no a mí. Me puse mis gafas para velocidades supersónicas ya que nunca sabes lo que se te puede meter en un ojo cuando vas a toda ostia, y salí corriendo detrás de el...
Pero se escapo…el cabroncete del coyote estaba escondido detrás de una mata. Hasta me hizo una foto el muy perro (la que aquí podéis ver), su plan era esperar que yo consiguiese atrapar al condenado pájaro, para más tarde matarme a mí, y comernos a los dos. Pero claro ¿desde cuándo al coyote le sale algo bien?
Así que con una nueva cámara marca ACME y
habiendo probado la carne de coyote (lo siento tío, tenía hambre y intentaste jugármela)
proseguí mi camino absurdo y sin sentido hacia el infierno. Al cual no se
volver…aunque cada día me convence más la idea de que no he salido en ningún
momento.
Bueno, seguiré informando desde algún
sitio entre Las Vegas y Tucson....o donde cojones me encuentre.
TO BE CONTINUED....
TO BE CONTINUED....
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