Distópico o Distopia, llamada también antiutopía. Es una
utopia perversa donde el día a día y la realidad, transcurren de manera
contraria a los de una sociedad ideal.
El concepto utopía designa la proyección humana de un
mundo idealizado que se presenta como alternativo al mundo realmente existente,
ejerciendo así una crítica sobre éste. Es decir imaginamos futuros y
situaciones perfectas, en las que hay un equilibrio social, donde nuestras
vidas funcionan genial y todo es perfecto a nuestro alrededor. Bien pues esto
es todo lo contrario a un Futuro Distópico.
El término fue designado como antónimo
de «utopía» y se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad ficticia, usualmente
referida a un futuro cercano, donde las consecuencias de la
manipulación y el adoctrinamiento masivo —generalmente a cargo de un Estado autoritario—
llevan al control absoluto o exterminio de sus miembros bajo una fachada de
benevolencia.
Otras más recientes son obras de ciencia
ficción ambientadas en un futuro cercano y etiquetadas como cyber punk,
que utilizan una ambientación distópica en que el mundo se encuentra coercitivamente
dominado por las grandes transnacionales capitalistas
con altos grados de sofisticación tecnológica y carácter represivo.
Cyber punk es un subgénero de la ciencia
ficción, conocido por su enfoque en la "alta tecnología y bajo nivel
de vida" y toma su nombre de la combinación de cibernética
y punk.
Mezcla ciencia avanzada, como las tecnologías de la
información y la cibernética junto con algún grado de desintegración o
cambio radical en el orden social.
Los personajes del cyber punk viven generalmente en futuros distópicos donde
la vida diaria es impactada por el rápido cambio tecnológico, una atmósfera de
información computarizada ubicua y la modificación invasiva del cuerpo humano.
Si nos paramos a pensarlo fríamente, estos Futuros Distópicos
que creamos, cada vez con mas frecuencia, son el resultado de la desesperanza
cada vez mayor del ser humano. La ciencia ficción es muy pesimista y rara vez
apuesta por la salvación colectiva, más bien suele apostar por un único ser que
lucha por su supervivencia.
En la literatura muchos autores han retratado futuros llenos
de caos, soledad provocada por alguna catástrofe llevada a cabo por el ser
humano, que con su ansia de poder ha conseguido
la destrucción de las masas.
También estos futuros distópicos han protagonizado muchas producciones
cinematográficas donde la robótica, los virus, la enfermedad, o el dominio de
los gobiernos, han llenado las salas de cine, ya que nos encanta ver como el
ser humano destruye todo lo que toca y lo convierte en sociedades rotas, donde
intenta sobrevivir y adaptarse a los cambios revolucionarios del mundo.
Haciendo un repaso podríamos examinar alguna de las obras
más significativas que nos muestran
claramente estas distopías.
Equilibrium por ejemplo, nos muestra un futuro en el cual
se ha conseguido eliminar la guerra a base se suprimir todas las emociones: Los
libros, el arte y la música están totalmente prohibidos y los sentimientos se
consideran crímenes que son castigados con la muerte. El control de las masas
desde los hombres que están en el poder, el dominio sobre el rebaño, el
sometimiento al régimen o la muerte. Y aunque puede ser una película de
ciencia-ficción la historia siempre ha estado marcada por opresores que
masacraban a los pueblos si no acataban sus normas.
Mad Max es otro claro ejemplo de distopia, esta
vez es un futuro posnuclear, donde los supervivientes han reducido
considerablemente la población y actúan como vándalos, creándose grupos de
pandilleros (por llamarlos de algún modo) que rivalizan con las demás bandas de
supervivientes por el dominio de las pocas pertenencias que han podido sobrevivir
a la catástrofe. Luchando entre bandas e intentando eliminar al contrario.
Como no podía ser de otra manera, el hombre provoca la
destrucción mediante una guerra nuclear (provocada por el ansia de poder), y
nos encontramos ante la lucha de la supervivencia de las personas que han
sobrevivido. Buscan objetos, comida, coches, y restos de materiales que les
permitan defenderse de los demás seres que han sobrevivido y tener un dominio
sobre los demás.
Soñamos con robots que hagan el trabajo sucio, que anden como nosotros, que piensen por si mismos, incluso que expresen sentimientos, pues bien al crear seres inteligentes, estos también quieren poder, y no quieren que nadie les de ordenes ni les domine, por lo que las maquinas toman el mando y con su fuerza muy superior doblegan a sus creadores.
Matrix (2199) Si te descargas un programa puedes aprender a pilotar un helicóptero y a dominar el kung-fu. Con algo de habilidad puedes hackear las leyes de la física y moverte más rápido que las balas. Todo el mundo viste de forma espectacular y tiene un look fantástico, como de anuncio de moda. Pero todo es una simulación dentro de un ordenador. Los seres humanos hace tiempo que destruimos nuestro planeta, a donde ya no llega la luz del sol. Las máquinas doblegaron a la humanidad y desde entonces nos usan como fuente de energía, las personas ya no nacen, se cultivan.
Nuestro día a día no dista tanto de Matrix, cada vez logramos mas avances tecnológicos, maquinas que detectan nuestro movimiento e incluso dentro de poco podrán leer los labios y reconocer tu estado de animo por la expresión facial.
Con tanta ansia de crear ingeniería y cyber náutica para facilitarnos la vida, no es de extrañar que dentro de unos años un skynet gubernamental controle todos nuestros movimientos para saber donde estamos o que hacemos a cada instante. Incluso aplicándonos correctivos físicos si hacemos algo políticamente incorrecto.
Hacia eso vamos, hacia un Futuro Distópico, hacia la dominación de las masas mediante maquinas, drogas o virus. Controlando a la población, soltando un virus cuando somos demasiados o sacando a la luz un tema popular, para que mientras lo debatimos miremos para otro lado y les dejemos actuar a sus anchas.
El futuro distópico cada vez esta más cerca, cada vez nos asemejamos más a juguetes dentro de una película de ciencia ficción.
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