Aquella película de género slasher, sin ser una gran novedad en el género si que tenía cierta personalidad gracias al aspecto de su asesino y el arma que utilizaba.
Ya adentrándonos en la serie, está dirigida por Logan Kibens, de la cual yo no tenía ninguna referencia por no haber visto ninguna de sus trabajos anteriores. La dirección de actores es correcta, saca de todo el elenco unas interpretaciones mas que correctas. En cuanto al trabajo con la cámara, sin ser un dechado de virtuosismo si tiene planos interesantes y alguno de bella factura. En cuanto al reparto tengo que decir, que aunque no hay ninguna cara importante entre ellos, todos son actores semi desconocidos para mi pero en general son un grupo solvente y con oficio.
Entre todos ellos, hay que destacar a la
verdadera protagonista de esta producción Madison Iseman que realiza un doble
papel al interpretar a unas gemelas con una muy distinta personalidad. También
son loables las interpretaciones del resto de
jóvenes que componen el grupo de amigos, todos ellos con una forma de
ser muy definida y muy habitual entre la juventud.
El punto de partida de la serie es parecido al de la película, tras una fiesta en el cuatro de julio con una gran cantidad de excesos, el grupo coge el coche y tienen un accidente atropellando a una persona. Se deshacen del cuerpo y a raíz de eso comienzan los asesinatos.
Pero aquí acaban las similitudes,
entonces la serie se vuelve una mezcla del género de misterio, con sectas y
ritos algo extraños, con ciertos momentos de slasher. Esto último realmente
pasa a ser casi secundario, además se entre mezclan tramas de personajes
secundarios (alguna poco interesante) con la principal.
Algún giro de guion y personajes
inesperados conforman una serie entretenida, que puede ser del interés de todo
aquel que busque un producto pausado, de trama algo compleja y con algún
asesinato con cierto toque gore redondeando esta primera temporada.
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