Crítica Verbo: Cine a golpe de poesía

Cine a golpe de poesía
Verbo trata la histora de Sara (Alba García), una chica que ve gigantes donde molinos y, que desde el primer momento que aparece, sabemos que le falta algo. Sara vive en una urbanización -que recuerda
mucho a Seseña- donde no hay más que edificios de pisos, feos y muy altos. De repente, empieza a recibir mensajes en clave de un tal Lírico que parece ser el único que le entiende.

La opera prima de Eduardo Chapero-Jackson destaca por su lirismo, y no sólo por el hecho de que cuente con Nach y haya partes rapeadas. Es una película que es poesía, en todos los sentidos. Diálogos en verso, metáforas, imágenes poéticas y un continuo mundo al que le falta algo, como a la propia Sara.

La atmósfera de la película resulta siempre asfixiante, para que intentes entender qué siente la protagonista y porqué llega a tomar la decisión final. Un mundo donde nadie te comprende, donde no encuentras tu lugar, donde sientes que no importas nada.

La actuación de Alba García resulta muy convincente, llegando a ponerte en su lugar y odiando su colegio, su barrio y a la gente que no la entiende, por querer ser un alma libre. Por otro lado, ella se nos muestra como alguien sin sangre en las venas, que no grita, no llora...


El resto de personajes, excepto Miguel Ángel Silvestre, son un apoyo a la película, sin matices ni interés. Están como contrapunto a Sara y como un ancla, que le ayudará a salvarse, pero ninguno destaca realmente en su actuación.

Lo que le falta a la protagonista, lo sabemos al final y, como suele ser habitual, lo encuentra en su interior. Lo que necesita para continuar, para vivir, es “la belleza”, que está dentro de ella. Esa belleza es la poesía y el rap, cosas que tiene dentro y aprende a sacar.


Como conclusión, Verbo es una bella, pero dura, historia, que si te gusta la poesía, amarás y que llega un momento en que te inclinas sobre la pantalla -true story- para poder verla mejor. Un gran bautizo en el largometraje para Eduardo Chapero-Jackson, al que habrá que seguir, pues si tiene más ideas como éstas, el chico es una joya.

Por otro lado, la película es rara, sin matices. No es algo habitual y puede que a mucha gente le eche para atrás tanta filosofía y tanta poesía. Para todos los demás, que no nos importa -y de hecho lo pedimos- ver algo diferente, Verbo.

Nota final: 8

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Ángel G Ropero (Raven Stalk)
@raven_stalk
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